El paso del tiempo va transformando a las personas, y esos cambios se hacen visibles en el cuerpo. El momento en el que el organismo sufre un mayor trastorno es en la pubertad. Un gran paso en la vida en un corto periodo de tiempo, pues la transformación inminente física y psíquica provoca la conversión de un niño en un ser adulto.
Es la mujer quien sufre ese trastorno a temprana edad y soporta cambios importantes. No solamente cambia la constitución durante la adolescencia, también surgen nuevos sentimientos, extrañas sensaciones que se alteran y confunden constantemente.
Demuestra la fragilidad del cuerpo frente a lo desconocido e inesperado de cada día, de cada momento, la incertidumbre ante lo ajeno. La visión de un reflejo que nos muestra un ser en proceso, a medio realizar, que no se asocia, que no es niña ni mujer y resulta ambas a la vez. Una principiante que se siente señalada, pues lo corporal la domina mediante una imagen desconocida de si misma, confundida por pensamientos incógnitos entrecruzados, peleando por su niñez dominada por el mundo inexplorado de la madurez. Un proceso que conforma la dualidad de la pureza infantil y la liviandad del adulto.
“Salvajemente bella, virginal belleza,
la pubertad convertida en mujer,
motivación y pasión desenfrenada,
silueta angelical, diosa profanada.
Amando hasta el infinito,
desbordada por el instinto,
locura provocada por la pasión,
delirio compartido por objeción”.
Ashuraoh
Es la mujer quien sufre ese trastorno a temprana edad y soporta cambios importantes. No solamente cambia la constitución durante la adolescencia, también surgen nuevos sentimientos, extrañas sensaciones que se alteran y confunden constantemente.
Demuestra la fragilidad del cuerpo frente a lo desconocido e inesperado de cada día, de cada momento, la incertidumbre ante lo ajeno. La visión de un reflejo que nos muestra un ser en proceso, a medio realizar, que no se asocia, que no es niña ni mujer y resulta ambas a la vez. Una principiante que se siente señalada, pues lo corporal la domina mediante una imagen desconocida de si misma, confundida por pensamientos incógnitos entrecruzados, peleando por su niñez dominada por el mundo inexplorado de la madurez. Un proceso que conforma la dualidad de la pureza infantil y la liviandad del adulto.
“Salvajemente bella, virginal belleza,
la pubertad convertida en mujer,
motivación y pasión desenfrenada,
silueta angelical, diosa profanada.
Amando hasta el infinito,
desbordada por el instinto,
locura provocada por la pasión,
delirio compartido por objeción”.
Ashuraoh
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