
La pintura se arrastra como en una relación entre la materia y el lienzo, un acariciar desenfrenado con un negro “apasionado” como figura clave de su obra.
Franz Kline es uno de los primeros representantes de la abstracción neoyorquina. El creador nacido en una sociedad academicista muestra en su obra un paso de una composición constructiva dentro de su nerviosismo trazado, mostrando nítidas estructuras en un dialogo entre el blanco y el negro que se muestra como característica durante toda su carrera pictórica.
Sus trazos conforman símbolos formales, iconos creados que transfieren el mundo de lo real en una irrealidad creciente.
Su desarrollo se muestra con una complicación de estructuras y trazos actitudinales que lo enfrentan con el entorno.
Libera su obra del color para no significarla con el simbolismo de estos, deshaciéndose de un cúmulo de significados no incorporados en los neutros.
Sin embargo en su última etapa sus creaciones explotan en un colorido total y mezclado, siempre utilizado con sus protagonistas en toda su carrera, el blanco y el negro, sobretodo el negro. Ocultando la rotundidad que lo caracterizaba y simplificando el significado mas desgarrado.
Sus últimas obras ofrecen una visión crepuscular intensa y rotunda que recoge los últimos atisbos de una evolución pictórica avivada en su estructura e interior mas profundo.
Franz Kline es uno de los primeros representantes de la abstracción neoyorquina. El creador nacido en una sociedad academicista muestra en su obra un paso de una composición constructiva dentro de su nerviosismo trazado, mostrando nítidas estructuras en un dialogo entre el blanco y el negro que se muestra como característica durante toda su carrera pictórica.
Sus trazos conforman símbolos formales, iconos creados que transfieren el mundo de lo real en una irrealidad creciente.
Su desarrollo se muestra con una complicación de estructuras y trazos actitudinales que lo enfrentan con el entorno.
Libera su obra del color para no significarla con el simbolismo de estos, deshaciéndose de un cúmulo de significados no incorporados en los neutros.
Sin embargo en su última etapa sus creaciones explotan en un colorido total y mezclado, siempre utilizado con sus protagonistas en toda su carrera, el blanco y el negro, sobretodo el negro. Ocultando la rotundidad que lo caracterizaba y simplificando el significado mas desgarrado.
Sus últimas obras ofrecen una visión crepuscular intensa y rotunda que recoge los últimos atisbos de una evolución pictórica avivada en su estructura e interior mas profundo.
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